No pido mucho.
No digo amor, porque lastima.
Pero que quede algo de tí, para la vida.
No sé. Algo sencillo, yo diría:
un gesto, una mirada, una caricia,
un beso, una palabra, un "buenos días".
Para esas horas solitarias y cansinas,
en las que bulle el tedio y la calma me calcina.
Para esas horas necias, gastadas, perdidas,
más allá del destino y su agonía.
Para después de ese dolor y de ese olvido,
cuando ya no estés, ni te sepa cerca mía.
No sé, algo sencillo, yo diría,
para entender tus ojos, tu boca, y su aporía.
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Muy buen poema, Richar.
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