1976, salita de 3 del ISA. El juego: el gato (varones) & el ratón (las nenas). Lo mejor, antes que andar pintando pavadas con rodajas de papa verde o ensuciándose las manos con engrudo y no se qué cosas. Lo recuerdo claramente, acorralé a Natalia bajo una mesa y lejos de capturarla como gato que era, sin mas le di un besito en la boca. A ella no pareció molestarle, es mas, creo que le gustó porque me lo devolvió. La señorita que vio todo desde un ángulo nos retó mucho, en particular a mi. Unos años después entendí que es mas importante la mirada "del otro" que la de los propios involucrados.
Muchos años mas tarde por fin entendí que la señorita (y la sociedad) estaba equivocada y salí por ahí a buscar a Natalia, y cuando al fin la hallé, descubrí con sorpresa que ella no se acordaba de este gato, y es más, hoy resulta que ella misma es una maestra jardinera que seguramente reta a precoces gatitos enamorados, que sin moral alguna, en lugar de comerse a sus presas las besan...
viernes, 28 de diciembre de 2012
martes, 18 de diciembre de 2012
sábado, 8 de diciembre de 2012
jueves, 11 de octubre de 2012
XXI-st century polishits
zurditos de derecha, gorilitas de papel, dictaduras y dictablandas, democraduras y caraduras, mediocracia (medios y mediocres al poder), socialistas con capital, capitalistas sin capital, poder para no poder, marxistas de Marx y marxistas de Groucho, globalización y globología con forros, inclusión excluyente...
viernes, 16 de marzo de 2012
No digo amor
No pido mucho.
No digo amor, porque lastima.
Pero que quede algo de tí, para la vida.
No sé. Algo sencillo, yo diría:
un gesto, una mirada, una caricia,
un beso, una palabra, un "buenos días".
Para esas horas solitarias y cansinas,
en las que bulle el tedio y la calma me calcina.
Para esas horas necias, gastadas, perdidas,
más allá del destino y su agonía.
Para después de ese dolor y de ese olvido,
cuando ya no estés, ni te sepa cerca mía.
No sé, algo sencillo, yo diría,
para entender tus ojos, tu boca, y su aporía.
No digo amor, porque lastima.
Pero que quede algo de tí, para la vida.
No sé. Algo sencillo, yo diría:
un gesto, una mirada, una caricia,
un beso, una palabra, un "buenos días".
Para esas horas solitarias y cansinas,
en las que bulle el tedio y la calma me calcina.
Para esas horas necias, gastadas, perdidas,
más allá del destino y su agonía.
Para después de ese dolor y de ese olvido,
cuando ya no estés, ni te sepa cerca mía.
No sé, algo sencillo, yo diría,
para entender tus ojos, tu boca, y su aporía.
martes, 13 de marzo de 2012
domingo, 29 de enero de 2012
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